viernes, 29 de mayo de 2020


El aforismo griego "Conócete a ti mismo" 

El aforismo ha sido atribuido a varios sabios griegos antiguos: Heraclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Sócrates, Pitágoras, Solón de Atenas.
En latín, el aforismo se presenta como nosce te ipsum, Conócete a ti mismo. Estas eran las palabras que aparecían inscritas casi a modo de advertencia en el pronaos del templo de Apolo en Delfos. Fue Platón quien dio mayor difusión a esta frase de alto valor ético y reflexivo a través de sus diálogos, recordándonos la importancia de mirar hacia dentro antes de tomar cualquier decisión, antes de dar cualquier paso.
Han pasado los siglos y gran parte de las personas siguen inhabilitadas en esa materia básica que es el autoconocimiento. Somos esa sociedad que sigue actuando sin reflexionar, que se toma el rol de victima, al fallar, aparecen las excusas. Siempre es más fácil responsabilizar a otros de los errores propios y recurrir al factor situacional: ‘es que las cosas son muy difíciles, es que con esta crisis ya no queda ninguna salida’.
El autoconocimiento, es la esencia de la madurez humana. Es nuestra mayor responsabilidad, la tarea a la que deberíamos dedicar tiempo, intuición y esfuerzo. Es más, no hace falta un viaje a la India ni hacer el Camino de Santiago para poner más luz en nuestro interior. Las personas nos vamos revelando en el día a día; el autoconocimiento es una tarea cotidiana.
Como bien decía Thomas Hobbes, quien mire en su interior y considere aquello que hace cuando piensa, opina, razona, y sobre qué bases, leerá y conocerá los pensamientos y las pasiones de todos los hombres en ocasiones similares’. Es decir, saber quién somos no solo nos ayudará conocernos a nosotros mismos, es una competencia que nos abre la puerta para el conocimiento de los demás.
Conócete a ti mismo del templo, se decía que era el mensaje de los dioses, no es un simple consejo, ni una recomendación ni una sugerencia, eran casi una exhortación y hasta una advertencia que iba más allá del mero valor ético o religioso.
Ahora bien, en la sala donde se hallaban  los oráculos, podía leerse a su vez la siguiente inscripción:
..Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses..
Las obras registradas de Esquilo, Cicerón, Plinio, Platón, Pausanias, Plutarco dan veracidad a este escenario del que en la actualidad, solo nos quedan unas ruinas evocadoras al pie de unas montañas.
Aquel que deseara que el Oráculo de Delfos le hablara debía ahondar primero en sí mismo.
Desde el conocimiento de lo propio nacen las preguntas más acertadas.
Ninguna pregunta tendrá sentido si primero no respondemos la más importante: ¿quién soy yo?
La árdua tarea de conocerse a uno mismo, la mayoría tenemos claro que pocos mensajes son más importantes que el que nos dejó el templo de Apolo en su pronaos. Conócete a ti mismo es ese lema que abunda en cualquier libro, filosofía o mensajes en redes sociales. Todos lo hemos escuchado alguna vez y lo intentamos aplicar a diario.
Esta competencia vital no se adquiere de un día para otro, no hacen falta grandes proezas, la aventura de conocerse a uno mismo dura toda una vida y esto es así por un hecho muy simple: las personas cambiamos, maduramos, mejoramos, avanzamos.
No se trata por tanto de buscarnos, sino de encontrarnos en el día a día teniendo claras necesidades, sueños, potenciales y aspectos que mejorar. El coaching acompaña ese proceso, acompaña ese día a día para encontrarnos y ponteciar nuestas mejores versiones, encontrando las preguntas que dan la luz a la ardua tarea de conocernos a nosotros mismos. Te acompaño en ese proceso, a hacernos las preguntas que me permitan ingresar al templo de las respuestas, de las acciones, de las posibilidades.


@francopernacoach

sábado, 23 de mayo de 2020



LOS ESTOICOS:
(Que el obstáculo en el camino, no se convierta en el camino)
Volver a la filosofía estoica, nos lleva a ver los fracasos no como causa de angustia, sino como experiencia que debemos comprender como adversidad de nuestra propia vida.
El estoicismo, una escuela filosófica de 2 mil años de antigüedad cuyos integrantes se preguntaron qué hace virtuosa a una vida. Entre otras respuestas los estoicos encontraron que la virtud de la existencia no puede alcanzarse si se ignora la adversidad propia de la vida, y es posible que, paradójicamente, por ese motivo esta filosofía cause tanta admiración en nuestra época.
Personajes en apariencia tan disímiles como Episteto (esclavo) Séneca (político) o Marco Aurelio (emperador) fueron algunos de los filósofos más destacados de esta forma de pensamiento.
Enfocarse en lo que tienes control y dejar de preocuparse por lo demás, Seguir virtudes morales, Buscar la sabiduría, Ponerse en el lugar de la otra persona e Invertir en las verdaderas amistades y las buenas conversaciones, entre alguna cosas en la que estos buscaban en respuestas a preguntas fundamentales de la vida.
En efecto: culturalmente, nuestro presente proviene de un par de décadas en las que se insistió hasta el exceso en pensar “positivamente”. El llamado “optimismo” se erigió como una especie de obligación de ser feliz, un imperativo que si ya parecía sospechoso por sí mismo invitaba aún más al escepticismo por esa evasión de todo lo negativo de la vida. “No te preocupes: sé feliz”, se pedía esconder debajo de la alfombra de la vida estados de ánimo como la tristeza, el enojo, la decepción o el fracaso.
En especial, parece que después de un par de décadas de vivir en el ensueño de la inmediatez y la facilidad hay quienes se están dando cuenta de que la vida, después de todo, no es posible vivir sin pagar el precio ni tomar decisiones sin enfrentar las consecuencias de ello, que es mejor aprender de las adversidades que intentar evadirlas, y otras ideas de ese tipo que se encuentran en la filosofía de los estoicos.
En las sociedades contemporáneas vivimos sumergidos en una obsesión por alcanzar el éxito, al punto de lograr angustia por no lograrlo. Obsesión sembrada desde fuera, nos la hemos apropiado, al grado de convertirla en un mandato que nos esforzamos por obedecer aunque ya ni siquiera sabemos quién nos lo impuso.
En este nuevos contexto, se retomó el pensamiento de los estoicos para sugerir una posible salida al laberinto de esta angustia: encarar la adversidad para encontrar el sentido que tiene dentro de nuestra propia existencia. En otras palabras, tomar cada “fracaso” no como tal sino como un hecho derivado de las circunstancias de nuestra vida, de nuestras decisiones y de nuestras omisiones.
Entender el fracaso como un hecho de nuestra vida nos plantea otro tipo de obligación o de responsabilidad, y no para con un sistema o un agente exterior sino simplemente para con nosotros mismos. Abrazar las experiencias adversas como parte de nuestra vida y, en especial, de nuestra formación como personas; discernir qué de esa adversidad podemos resolver pero también qué es lo que escapa a nuestro margen de acción.
Aceptar, como los estoicos, que la vida siempre ha tenido sus adversidades y que ante éstas lo verdaderamente importante es responder a esas circunstancias, hacer algo respecto de nuestra propia existencia.

Franco Perna Coach


viernes, 8 de mayo de 2020



SER UN BUEN LÍDER USANDO EL CÓDIGO SAMURÁI

Bushido, como se lo conoce en oriente, es el código ético y de conducta que seguían los antiguos guerreros samurái.
Los lineamientos del Bushido eran inculcados a los hijos de la clase dirigente japonesa desde muy chicos. Esto permitía que, sumado a su educación tradicional, entendieran como ser buenos líderes sin perder sus cualidades humanas en el camino.
Tomando enseñanzas del Budismo, Confusionismo, Shintoísmo y de la práctica Zen, este conjunto de principios preparaba el corazón del guerrero para encarar los desafíos que enfrentarían en su vida con una actitud imparable.
Estas son las 7 virtudes del Bushido, y como podes aplicarlas a tu vida diaria para aprender como ser un buen líder.


1. 義 Gi — Justicia o Rectitud
“Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.”
Un buen líder es honrado, pero sobre todo justo. Ya sea que lideres un equipo de trabajo, un equipo de fútbol o que seas líder y modelo a seguir para tus hijos, esta cualidad desarrolla el apoyo incondicional de quienes siguen tus pasos.

Si bien requiere trabajo y no siempre es fácil, tenés que ser imparcial con los miembros de tu equipo. Es probable que tengas más afinidad con algunas personas, pero un verdadero líder sabe que la capacidad de su equipo para funcionar a su máximo nivel depende íntegramente de la motivación de las personas. Y esta va a tambalearse muy rápidamente si las personas detectan favoritismos, injusticias o que simplemente los “estas usando” para alcanzar tus objetivos personales.

2. 勇 Yu — Coraje
“Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.”
Un buen líder toma riesgos, porque entiende que esa es la manera de generar cambios disruptivos y multiplicar los resultados del equipo. Sin embargo, no se trata tomar riesgos ciegamente, sino de analizar con profundidad todos los resultados posibles y tener un plan para cada uno. De esta manera, si bien hay un salto de fe, el riesgo real se reduce mucho y el beneficio si todo sale bien es mucho mayor que haber “jugado seguro”.

La otra cualidad asociada al coraje que tenés que desarrollar para ser un buen líder, es la de defender con uñas y dientes a quienes lideres. Debes protegerlos de cualquier cosa que pueda afectar el clima del equipo y su motivación para dar el máximo. Esto sin duda implica situaciones sumamente incómodas, como por ejemplo tener que frenar a tu jefe de corregir algún comportamiento inadecuado con alguien de tu equipo, recordándole que la responsabilidad por quienes vos liderás es 100% tuya. Un líder puede delegar tareas, pero nunca la responsabilidad.

3. 仁 Jin — Compasión
“Mediante el entrenamiento intenso y la meditación el samurái se vuelve rápido, fuerte y sabio. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.”
No pierdas tu condición humana mientras lideres. Se sigue tratando de personas, y nada es más magnético que un líder empático. Un líder que escucha genuinamente las preocupaciones de su equipo, con ánimos de ayudar a solucionarlas. Que entiende que todos los ámbitos de la vida de una persona se entrecruzan; y que es lo suficientemente flexible como para entender que un miembro del equipo no puede dar el máximo si está atravesando un mal momento. Es responsabilidad del líder ajustar y equilibrar al equipo para compensarlo eficientemente.
En definitiva, la responsabilidad del líder no es mostrarle a su equipo hacia donde caminar, sino mostrar el camino con sus propios pasos.

4. 礼 Rei — Respeto, cortesía
“Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.”
Dicen que la verdadera naturaleza de un hombre se ve en la manera en que trata a quienes no pueden ayudarlo.

Un auténtico líder trata al miembro más inexperto de su equipo con el mismo respeto y cortesía que a sus superiores. De igual modo al dueño de la empresa que a la recepcionista. Igual a quien pueda darle algo valioso a cambio de su “simpatía”, que a quien no tenga nada que ofrecer.
El respeto y la cortesía son un derecho que se deriva de la condición humana, y todos los grandes líderes lo practican con humildad y frecuencia.

5. 誠 Makoto — Honestidad, sinceridad absoluta
“Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de “dar su palabra”, no ha de “prometer”, el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.”
Un verdadero líder honra los compromisos. Entiende que todo lo que dice, pero sobre todo lo que hace, está siendo observado e interpretado como conductas ideales por quienes lo siguen.
Si llegas a un acuerdo para reunirte con otra persona, tenés que hacer todo lo que esté a tu alcance para honrar ese compromiso. Y presentarte puntual. Tal vez tengas la impresión que esa reunión va a ser una pérdida de tiempo, pero para la otra persona puede ser la diferencia entre abandonar tu equipo o rendir al 100%.
No creas que no se va a notar: si decís que vas a ir, andá. Si te ofrecés a ayudar, hacelo con tu mejor esfuerzo. Si prometés volver sobre algún tema, no lo olvides. Tu equipo estará observando.

6. 名誉 Meiyo — Honor
“Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. No puede ocultarse de sí. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.”
Si bien en los tiempos que corren no vamos a practicar Seppuku si perdemos nuestro honor, es clave tener esta virtud muy presente en nuestras vidas.

Llevar una vida honorable, desde mi punto de vista, implica asegurarnos que nuestro juez interno esté bien equilibrado en todo momento.
Está bien querer hacer un buen trabajo y ser un buen líder todos los días, pero tené cuidado de no transformar tu juez interno en una voz constante de crítica y negativismo porque no alcanzaste la perfección (que dicho sea de paso, no existe tal cosa).
Como en todo en la vida, hay que evitar los extremos. Apuntale a ser una mejor persona y líder, invirtiendo en vos mismo todos los días, y comparándote únicamente con quien eras ayer.

7. 忠義 Chuugi — Lealtad
“Haber hecho o dicho “algo”, significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.”
Mantenete leal a tu equipo.
No lo traiciones en momentos de mucha presión, ni hables mal de ellos cuando no estén presentes.
Un verdadero líder es fiel a equipo, y lo demuestra con palabras y acciones aún cuando nadie lo ve. Si hay que corregir comportamiento, lo hace en privado. Si hay que festejar un logro, en público.
El líder, al igual que el samurái, es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Y por eso las personas de su equipo lo son también con él.


@francopernacoach

Parménides y Heráclito Parménides de Elea, fundador y padre de una escuela de discípulos: los eleatas, y Heráclito de Efeso, el...