sábado, 28 de marzo de 2020



Tiempo de transformación

Durante la cuarentena por la epidemia de la peste bubónica en 1664, Isaac Newton empezó con un tema que siempre le había interesado, era la luz y el color, había comprado un pequeño prisma de cristal y le había fascinado la forma en que el prisma parecía cambiar la luz blanca en un espectro de colores como el arco iris. Newton decidió usar en su ausencia a la Universidad de Cambridge para intentar resolver este misterio. Llegó a entender que el prisma estaba refractando, es decir, doblando, la luz del sol, y en el proceso revelando los colores que lo componen. Newton había descubierto que la luz blanca es una mezcla de todos los colores del arco iris, pero que esos colores se hacen visibles sólo cuando los rayos de luz son refractados en diferentes ángulos.

 Eso no fue todo lo que ocupó la mente de Newton. Se centró en el movimiento y la inercia, Increíblemente descubrió la ley de la gravedad. La misma fuerza que tira de una manzana al suelo mantiene a los planetas distantes en su camino. Llenó página tras página con sus cálculos, y finalmente derivó la fórmula que, según dijo, “me permite explicar el sistema del mundo”.

Hoy nosotros, que no somos Newton, pero si nos toca vivir algo similar a lo que el vivió y claro que si podemos tomar su ejemplo, donde utilizo el tiempo y le dio productividad y transformación.
Hoy nos podemos adueñar y abrazar a nuestra interconexión global (desde una distancia segura) y pensar en los demás mientras tomamos decisiones y acciones, es nuestro camino hacia la seguridad para nosotros mismos y los demás, pero es aquí donde surge estas preguntas .. ¿Desde donde navego esta crisis?¿Veo el obstáculo en el camino o el obstáculo se convirtió en el camino?¿Solo veo la luz blanca y me quedo con eso?¿o lo vivo como una transformación donde la luz blanca se convierte en la mezcla de todos los colores del arco iris?
Pensemos en el momento en que todo esto pase y al valor que le voy a dar a las cosas que hoy me faltan, la escasez de hoy que me genere valor para mañana.


Franco Perna
Coach Ontológico

martes, 3 de marzo de 2020



El Camello, EL León y El Niño 

Existen, según desarrolla Friedrich Nietzsche a lo largo de su obra y en especial en su célebre libro Así habló Zaratustra, un recorrido mediante el cual logramos la transmutación de todos los valores.  

Nietzsche dedica en el capítulo De las tres transformaciones, la descripción de las tres transformaciones del espíritu del ser humano: el camello, el león y el niño.

En este discurso del gran Zaratustra, Nietzsche nos muestra el camino que debe atravesar el ser humano de forma metafórica para poder llegar a cambiar su antigua creencias por una nueva forma de observar la existencia. Debemos por lo tanto entender estas tres figuras como los momentos que atraviesa el espíritu del hombre en dicho camino.

La primera figura del camello, se encuentra introducido en la moral tradicional, es servicial, sigue los modelos que le han sido impuestos y las normas morales. Se toma la humillación como valor, igual que la dedicación a los demás, por ello Nietzsche le asigna el nombre de camello, es aquel que se arrodilla para llevar las cargas. Es el espíritu de carga.

El león es descrito como el que se enfrenta a la moral tradicional, Nietzsche figura este enfrentamiento entre el león y el dragón. El león pretende alcanzar su libertad manifestando el “yo quiero”, mientras que el dragón representa los anteriores valores manifestando el “tu debes”, imponiendo así entre la libertad y la determinación. El león es el espíritu desafiante que intenta destruir al camello y vencer al dragón. Esto es muy importante para adquirir nuevos valores, un nuevo observador.

Al alcanzar esta nueva forma, el león se convierte en niño. Esta figura representa la tercera transformación del espíritu de Nietzsche. En ella se encuentra la mejor posibilidad para creación de nuevos valores y de interpretar el mundo, el niño empieza a jugar, en este juego se necesita poder decir sí, es decir, crear esos nuevos valores para conquistar su nueva forma, sin ningún tipo de juicio, es decir, este otro punto de vista que adquiere mediante su nueva voluntad al no quedar nada de las figuras anteriores, el camello y el león. El niño es el espíritu creativo con el que acaba el recorrido del camino hacia la transformación de los valores.

¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un nuevo decir sí. Sí, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.

..La madurez del hombre es encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño ..

El camello son nuestras ataduras del pasado, el león es la lucha que tenemos en contra de lo que nos agobia y el niño la inocencia como la instancia de apertura para la creación, la nueva forma de observar el mundo.

Parménides y Heráclito Parménides de Elea, fundador y padre de una escuela de discípulos: los eleatas, y Heráclito de Efeso, el...